La policía de Riceville, en el estado de Tennessee, se toparon con uno de los casos más curiosos de la historia, cuando detuvieron al ciudadano Nicholas Nunley, 29 años, quien había tenido la brillante idea de robarse una máquina de refrescos y arrastrarla con su camioneta por las calles de la ciudad, acontecimiento que fue presenciado por un ciudadano, quien no dudó en dar aviso a las autoridades para que procedieran a su arresto.
Tras el aviso, la policía y el delincuente protagonizaron una persecución de aproximadamente ocho kilómetros, hasta que finalmente se consiguió que Nicholas detuviera la marcha de su camioneta y se entregara ante las autoridades, a quienes les confesó, que había robado la máquina para hacerse del dinero del interior y no por las gaseosas.
A pesar de no haber prosperado su delito y correr con más pena que gloria en su atraco, Nunley se verá obligado a pagar por cada uno de los delitos por los que se le acusa, como son el vandalismo, resistencia al arresto, evadir a la autoridad y robo de más de mil dólares.
A continuación se presenta el video de la persecución, captado por la cámara de seguridad de la patrulla:
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