lunes, 20 de abril de 2009

La Guerra Santa? La santa muerte y sus seguidores


Sólo los devotos del culto a la Santa Muerte de David Romo respondieron al llamado que este sacerdote excomulgado hizo a todos los fieles para emprender lo que calificó como “guerra santa” contra la Iglesia católica y el gobierno federal, por los altares destruidos en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el pasado 23 de marzo.


A la Catedral Metropolitana, lugar elegido por los fieles de la Santísima para desatar hoy su protesta, Romo llegará débil, e irá resguardado nada más por un frente de su “ejército” de seguidores, originarios, principalmente, del centro del Distrito Federal, para “combatir” a las autoridades religiosas y federales.


Aunque el líder de este culto, “arzobispo primado de la Santa Muerte”, alzó un extenso grito de “lucha” para cimbrar más allá de los muros de la “Iglesia Católica Apostólica Tradicional México-USA”, y para tratar de alcanzar a todos los seguidores de la Niña Blanca, éste fracasó.


Ni siquiera logró convencer a las lideresas de los altares de Alfarería y de Doctor Vértiz, que son los dos más cercanos a la iglesia de Romo, ubicada en Tepito, para defender su causa y formar un frente que, a través de sus manifestaciones, proteja las imágenes de la Santa Muerte en México.


La de este domingo, al mediodía en la Catedral Metropolitana, es una de las primeras manifestaciones que Romo planea realizar. El líder de este culto tiene pensado que, mientras el arzobispo primado Norberto Rivera Carrera anuncie dentro del recinto el comienzo de la Semana Santa, el período más sagrado para los católicos, mariachis contratados harán sonar las trompetas y ahí todos los fieles a la Niña Blanca, portando sus imágenes protestarán por la destrucción de los altares al norte del país.


Después de que Doña Queta, lideresa del altar de la Santa Muerte de Alfarería 8, escuchó la provocación de Romo contra la Iglesia católica, mirando una imagen de la Virgen de Guadalupe, dijo: “¡Cómo le encanta hacer pendejadas, qué no conoce el poder que tiene el clero!”


Con las manos en las bolsas del mandil que usa, como para buscar un cigarro, reflexionó: “Yo jamás llevaría al matadero a mi gente, iría, pero sola”.


David Romo lanzó su llamado de protesta el pasado 30 de marzo, para que los fieles de la Santa Muerte se manifiesten vestidos de blanco este Domingo de Ramos, en el Zócalo de la Ciudad de México, por la presunta persecución que se inició contra ellos, cuando el gobierno destruyó más de 30 altares en Nuevo Laredo; la autoridad dijo que se trataba de una zona federal y que por eso debían ser retiradas las imágenes.


Sin embargo, “más que una persecución contra el culto, el levantamiento de altares fue una estrategia militar del gobierno para bajarles la moral a los narcotraficantes y advertirles que así como destruyeron a su deidad, así los exterminarán a ellos”, señaló Bernardo Barranco, analista religioso.


Ivonne, lideresa del altar de Doctor Vértiz, y Doña Queta también están divididas como la mayoría de los líderes de la Flaquita otro de los nombres con los que la gente de este culto llama cariñosamente a la Santa Muerte, porque cada uno defiende su propio territorio, negocio, imagen y fe, coinciden que lo único que intenta el “arzobispo primado (Romo)”, a través de este llamado, es recuperar a la gente que perdió en 2005, cuando decidió transformar la imagen calavérica de la Santísima por la de un ángel.


Al respecto, el antropólogo religioso Elio Masferrer señala: “No hay que olvidar que Romo, desde ese momento, perdió mucha popularidad, y que intenta recuperarla porque se siente como el Papa de la Santa Muerte”.


Desde hace unos años, la nueva imagen de la Niña Blanca de la Iglesia Tradicional México-USA es una mujer con alas, de tez pálida, de ojos claros, con pómulos pronunciados y cabello negro lacio. “Si Romo hizo la imagen de la deidad igualita a su mujer”, reclamó Ivonne, la líder del culto en Vértiz, ya que la esposa del “arzobispo primado es guapa, güera y de ojos verdes”.


El miércoles pasado, dedicado a la Santa Muerte, como el primer día de cada mes, durante los nueve sermones que pronunció, Romo exigió a sus fieles que dejarán de ser “huevones” y que, en lugar de pensar en las vacaciones, se unieran a la lucha contra las autoridades, para que llegarán puntual el Domingo Santo al Templo de Tepito, para encabezar desde ahí las manifestaciones.Rodeado por charros y después de enseñarle a los presentes una nueva ofrenda dedicada a la Niña Blanca, para que les ayudara a liberar a sus familiares que están en la cárcel nueve tamales con el nombre del reo adentro y dos cervezas oscuras— con voz de mando les dijo:


“¡Aquí los espero el próximo domingo, a las diez de la mañana, todos vestidos de blanco, para irnos


Sólo los devotos del culto a la Santa Muerte de David Romo respondieron al llamado que este sacerdote excomulgado hizo a todos los fieles para emprender lo que calificó como “guerra santa” contra la Iglesia católica y el gobierno federal, por los altares destruidos en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el pasado 23 de marzo.


A la Catedral Metropolitana, lugar elegido por los fieles de la Santísima para desatar hoy su protesta, Romo llegará débil, e irá resguardado nada más por un frente de su “ejército” de seguidores, originarios, principalmente, del centro del Distrito Federal, para “combatir” a las autoridades religiosas y federales.


Aunque el líder de este culto, “arzobispo primado de la Santa Muerte”, alzó un extenso grito de “lucha” para cimbrar más allá de los muros de la “Iglesia Católica Apostólica Tradicional México-USA”, y para tratar de alcanzar a todos los seguidores de la Niña Blanca, éste fracasó.


Ni siquiera logró convencer a las lideresas de los altares de Alfarería y de Doctor Vértiz, que son los dos más cercanos a la iglesia de Romo, ubicada en Tepito, para defender su causa y formar un frente que, a través de sus manifestaciones, proteja las imágenes de la Santa Muerte en México.


La de este domingo, al mediodía en la Catedral Metropolitana, es una de las primeras manifestaciones que Romo planea realizar. El líder de este culto tiene pensado que, mientras el arzobispo primado Norberto Rivera Carrera anuncie dentro del recinto el comienzo de la Semana Santa, el período más sagrado para los católicos, mariachis contratados harán sonar las trompetas y ahí todos los fieles a la Niña Blanca, portando sus imágenes protestarán por la destrucción de los altares al norte del país.


Después de que Doña Queta, lideresa del altar de la Santa Muerte de Alfarería 8, escuchó la provocación de Romo contra la Iglesia católica, mirando una imagen de la Virgen de Guadalupe, dijo: “¡Cómo le encanta hacer pendejadas, qué no conoce el poder que tiene el clero!”


Con las manos en las bolsas del mandil que usa, como para buscar un cigarro, reflexionó: “Yo jamás llevaría al matadero a mi gente, iría, pero sola”.


David Romo lanzó su llamado de protesta el pasado 30 de marzo, para que los fieles de la Santa Muerte se manifiesten vestidos de blanco este Domingo de Ramos, en el Zócalo de la Ciudad de México, por la presunta persecución que se inició contra ellos, cuando el gobierno destruyó más de 30 altares en Nuevo Laredo; la autoridad dijo que se trataba de una zona federal y que por eso debían ser retiradas las imágenes.


Sin embargo, “más que una persecución contra el culto, el levantamiento de altares fue una estrategia militar del gobierno para bajarles la moral a los narcotraficantes y advertirles que así como destruyeron a su deidad, así los exterminarán a ellos”, señaló Bernardo Barranco, analista religioso.


Ivonne, lideresa del altar de Doctor Vértiz, y Doña Queta también están divididas como la mayoría de los líderes de la Flaquita otro de los nombres con los que la gente de este culto llama cariñosamente a la Santa Muerte, porque cada uno defiende su propio territorio, negocio, imagen y fe, coinciden que lo único que intenta el “arzobispo primado (Romo)”, a través de este llamado, es recuperar a la gente que perdió en 2005, cuando decidió transformar la imagen calavérica de la Santísima por la de un ángel.


Al respecto, el antropólogo religioso Elio Masferrer señala: “No hay que olvidar que Romo, desde ese momento, perdió mucha popularidad, y que intenta recuperarla porque se siente como el Papa de la Santa Muerte”.


Desde hace unos años, la nueva imagen de la Niña Blanca de la Iglesia Tradicional México-USA es una mujer con alas, de tez pálida, de ojos claros, con pómulos pronunciados y cabello negro lacio. “Si Romo hizo la imagen de la deidad igualita a su mujer”, reclamó Ivonne, la líder del culto en Vértiz, ya que la esposa del “arzobispo primado es guapa, güera y de ojos verdes”.


El miércoles pasado, dedicado a la Santa Muerte, como el primer día de cada mes, durante los nueve sermones que pronunció, Romo exigió a sus fieles que dejarán de ser “huevones” y que, en lugar de pensar en las vacaciones, se unieran a la lucha contra las autoridades, para que llegarán puntual el Domingo Santo al Templo de Tepito, para encabezar desde ahí las manifestaciones.


Rodeado por charros y después de enseñarle a los presentes una nueva ofrenda dedicada a la Niña Blanca, para que les ayudara a liberar a sus familiares que están en la cárcel nueve tamales con el nombre del reo adentro y dos cervezas oscuras— con voz de mando les dijo: “¡Aquí los espero el próximo domingo, a las diez de la mañana, todos vestidos de blanco, para irnos juntos al Zócalo... y si Norberto Rivera se pone groovie, le tocará invitarnos a los tacos de canasta!”


Después de misa, el “arzobispo primado”, con sudor en la frente, levantó sus mangas percudidas y bromeando, como dicen que siempre acostumbra él, respondió a la pregunta de que si no es demasiada provocación llamar a una guerra santa contra la Iglesia católica y el gobierno federal: “A mí que no me gusta y ellos que no me dan cuerda”.


Hugo Valdemar, vocero del Arzobispado, al enterarse de la convocatoria de Romo a la guerra santa, comparó a este líder de los creyentes de la Santa Muerte con Osama bin Laden. “Esa frase es meramente terrorista”, afirmó.


Además, Valdemar cuestionó al líder de la Santa Muerte “por qué vienen a manifestarse frente a los templos católicos como la Catedral y la Basílica de Guadalupe, si quienes destruyeron sus altares no fuimos nosotros, sino el gobierno federal”, con el argumento de que obstruían la vía pública.
Sin embargo, Romo, en posterior entrevista, replicó que escogió los sitios más sagrados de los católicos, porque el clero es quien le exige al gobierno federal agredirlos, pues están celosos de que los fieles se están alejando del Vaticano para unirse a la Niña Blanca.


La única premisa que comparten los analistas religiosos con Romo es que sí fue intolerante quitar únicamente altares de la Santa Muerte y no también los católicos, cuando casi todos los santos que están en vía pública son puestos por el pueblo sin autorización alguna.


Así, hoy comienzará en el Zócalo la protesta o “la guerra santa de los cinco millones de fieles” que dice tener David Romo en el país; incluso, asegura que la batalla se extenderá por varios estados hasta culminar en la frontera con Estados Unidos, en donde este líder dijo que entregará una carta al presidente estadunidense para “denunciar los abusos que se han cometido contra los seguidores de la Santa Muerte”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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