viernes, 30 de enero de 2009

This… is… Mina!

Tenía preparado algo más interesante para este espacio, pero de última hora me he decidido a cambiarlo puesto que estoy impresionado, pasmado, estupefacto, que no hay libro de sinónimos que me alcance para describir el estado en el que me encuentro.

No recuerdo en la historia reciente del Estado, ni de la nación, un movimiento tan improvisado, sin planeación, tan hecho a lo bruto, y que para el colmo funcionara, como el levantamiento campesino de Minatitlán ocurrido los días 20 y 21 pasados.

En el primer acto tenemos a un grupo de campesinos reclamando la presencia de su alcaldesa en el Ayuntamiento, y si se podía del mismo Tio Fide, para que les cumplieran con la reconstrucción de por lo menos 85 caminos que se encuentran, según dicen y no lo dudo, en estado deplorable.

La alcaldesa haciendo gala de una increíble sensibilidad social, no atiende a nadie. Según ella estaban ebrios, y se temía le faltaran al respeto… ¿faltarle al respeto, como? ¿Gritándole… mamacita?

Igual sólo se quedó en casa planeando su campaña para la diputación, o se lavó las manos pensándose ya en el cargo legislativo.

Como resultado, tenemos a una jauría enardecida de personas traídas de todos los rincones rurales del municipio desfilando por la avenida Justo Sierra, tomando el Ayuntamiento por un lado, y tomando la Carretera Federal Cosoleacaque-Nuevo-Teapan, por el otro. Justo aquí, este instante es el que me asombra, el valor, la visión, el coraje, la definitiva torpeza de los líderes campesinos de volver un asunto meramente municipal, en uno de carácter federal.

“Aquel que se oponga al Estado, debe ser considerado enemigo del Estado” dijo Maquiavelo en su obra maestra, y en otra parte agregaba que “cualquier enemigo del Estado debe ser nulificado”.

Cientos no, miles de personas fueron afectadas con pérdidas millonarias por la toma del camino. Eso no fue una manifestación pacífica, es una agresión directa a la nación. Es como si yo fuera a tu casa e, invadiendo tu patio, no te dejara salir, o entrar.

Me imagino que no esperaban que les pasara gran cosa. Hasta yo creí que quedaría como una anécdota más de la folclórica vida política de la región; pero les calló el chahuistle. Al más puro estilo espartano la policía intermunicipal les sacó el mole a mosquetazos y tomó “rehenes” a cerca de 40 personas quienes fueron a dar directo a la preventiva en Coatzacoalcos.

El simple hecho del desalojo ya es aplaudible a las autoridades si tomamos en cuenta el espanto que la vida política y social del país tiene hacia la palabra “represión”, y la facilidad con que llaman “tirano” a cualquiera. Pero el modo en que lo hicieron, amerita quitarse el sombrero.

Aquí van a venir a decirme que los derecho humanos y esas cosas, que se pasaron de la raya, que no era el modo, ni la forma, y demás. Pero es muy ingenuo aquel que piense que los manifestantes se hubieran ido a casa con un simple “por favor”.

Y así como me sorprendió la acción de las autoridades, también lo hizo que el día 21, al prender la televisión, encontré que, primero, ya les están arreglando los caminos, y segundo, que cerca de 500 campesinos, de manera pacífica, con machetes y palos, ya tenían tomado el Ayuntamiento de Mina otra vez.

El pleito ahora, pues que les devolvieran a los caídos en batalla… a los detenidos. A esos detenidos que enfrentarían cargos por daños federales. Ya tenía listas las palomitas haber a qué hora les daban el segundo baile, pero no. ¿Quién dio la instrucción?, no lo sé, pero para las 24 horas del 21 ya los habían liberado. Carajo… que si ya los hacía firmes y de mano dura, ahora veo que se les hablanda el corazón. Bueno, también está la sensibilidad política, pero se enfriaron mis palomitas.

Hasta aquí el cuento terminaba con una reconciliación y todos contentos como cuates, pero no. Los dirigentes ya amenazaron con que van a volver a tomar las armas (pacíficamente) este domingo, en caso de que sus demandas no sean atendidas. A pesar de que párrafos arriba mencioné que ya están comenzadas las reparaciones, aunque tal vez se equivocaron de dirección.

Por si no fuera bastante con eso, por ahí leí que los tortilleros quieren sumarse al pleito, y para colmo, un amigo de mi nova, del Tec., quien prefirió quedarse en el anonimato, comentaba que los estudiantes tienen pensado unirse a la causa campesina. Lo que es no tener que hacer con el tiempo libre.

Es una pena que haya gente que nomas no aprende a estarse quieta, es una pena que los hayan desalojado a punta de patadas, que no los atendieran, que se tenga que llegar a estos extremos para ser tomado en cuenta, pero también es penoso que cualquiera venga a hacer desmanes al más puro estilo AMLO y no pase de una jaladita de orejas. Así cualquier día de estos me veré impedido de ir al trabajo por una manifestación de vende elotes que habrán secuestrado la avenida más importante de mi colonia.

Así hasta yo me manifestaría. El problema de ser yo, es que soy minoría.
BY David G Fernández Brindis

Mi correo es dgfbo@hotmail.com

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