viernes, 5 de febrero de 2010

¡Chistes de Viernes!

Abuelita

Un día, Jaimito le dijo a la empleada doméstica de su casa:

-¡Abuela, abuela, abuelita, quiero que me cuentes un cuento!

La madre de Jaimito, que casualmente pasaba cerca de donde estaba el niño y la sirvienta, lo escuchó y le preguntó.

-Hijito, ¿por qué le dices abuela a la empleada doméstica?

Jaimito le respondió:

-Es que si mi papá le dice mamacita, entonces ¡¡¡es mi abuelita!!!

Tiempo de crisis

Fastidiado por los fuertes gastos de la casa, que había que buscar cómo reducir por la crisis, Marcos se animó y le preguntó a su mujer:

-Carmencita de mi amor, dime ¿cuándo vas a aprender a cocinar para poder despedir al cocinero?, porque debes ser consciente de que necesitamos bajar los gastos que tenemos en la casa.

La mujer, que todo el tiempo se lo pasaba en el salón de belleza, con las amigas, en reuniones sociales, se sintió indignada de que su marido quisiera tenerla en la cocina preparando los alimentos, así es que le contestó airadamente:

-¡¡¡Cuando tú aprendas a hacer el amor, entonces yo despido al jardinero!!!

¡Cochino!

Tres hombres estaban tomando copas en un bar y hablaban sobre lo que habían hecho la noche anterior. Cada uno de ellos presumía de sus hazañas amorosas, como acostumbran hacer los hombres cuando se reúnen.

El italiano, haciendo gala de sus virtudes amorosas, dijo:

-Anoche le di masajes a mi esposa en todo el cuerpo con un aceite de oliva finísimo. Luego hicimos el amor apasionadamente y la hice gritar durante cinco minutos sin parar.

El francés, experto en las artes del amor, contó su hazaña de la noche previa:

-Anoche le di masajes a mi mujer en todo el cuerpo con un aceite afrodisíaco especial para estos menesteres, y después hicimos el amor como locos. La hice gritar durante 15 minutos seguidos.

El mexicano, para no quedarse atrás en lo que parecía un concurso de resistencia sexual, replicó:

-Eso que hicieron ustedes no es nada. Anoche le di masajes a mi esposa con una mantequilla especial, le acaricié todo el cuerpo con la mantequilla, luego hicimos el amor y la hice gritar durante dos horas seguidas.

El italiano y el francés, asombrados por la potencia sexual del mexicano, le preguntaron al unísono:

-Dos horas... Eso es fenomenal. ¿Cómo hiciste para que gritara durante dos horas seguidas? ¡¡¡Queremos la receta de tu resistencia en el sexo!!!

Y el mexicano respondió con toda tranquilidad:

-Me limpié las manos en las cortinas.

¡Entrometido!

Victorino estaba sentado en el baño, haciendo sus necesidades, cuando escuchó que alguien decía:

-Hola, ¿cómo estás?

A Victorino no le gustaba iniciar conversaciones con extraños y mucho menos en ese momento, pero no quiso ser mal educado, así es que contestó:

-Estoy bien.

El tipo de al lado preguntó:

-¿Qué estás haciendo?

Victorino pensó que esa pregunta era estúpida, sin ninguna lógica, pero respondió:

-Caramba, creo que lo mismo que tú...

En el colmo de la situación, el mismo tipo dijo:

-¿Puedo ir hasta dónde estás?

Eso ya fue demasiado, seguramente se trata de algún joto, pensó Victorino, pero no quiso ser mal educado, así es que respondió:

-¡No... en este momento estoy muy ocupado!

Entonces escuchó que decía el tipo:

-Mira... te llamo más tarde, porque tengo un idiota sentado aquí al lado, y cada vez que yo hablo, él contesta...


Allí están los chistes, espero y les gusten, si no me vale vergg ok...aburrr


No hay comentarios: